Cuatro compañías de cruceros han sido condenadas a pagar 439 millones de dólares estadounidenses por el uso de un puerto cubano y violaciones de la legislación estadounidense sobre el bloqueo.
Sólo la compañía de cruceros Norwegian Cruise Line debe pagar 110 millones de dólares estadounidenses en concepto de daños y perjuicios por el uso de un puerto embargado por el gobierno cubano en 1960. Así lo decidió un tribunal estadounidense de Florida poco antes del fin de año. El veredicto sienta un precedente para los cubanoamericanos que soliciten indemnizaciones por la nacionalización de bienes tras el triunfo de la revolución.
La sentencia de la juez de distrito estadounidense Beth Bloom en Miami se produce después de que en marzo se dictaminase que el uso de la terminal del puerto de cruceros de La Habana constituía un tráfico de bienes embargados. "Se dicta sentencia a favor del demandante Havana Docks Corporation y en contra de Norwegian Cruise Line Holdings, Ltd", según la sentencia. "Se concede al demandante una indemnización por daños y perjuicios de 109.848.747,87 dólares". Además, Norwegian deberá pagar 3 millones de dólares más por concepto de honorarios y costas judiciales.
Havana Docks también había demandado a las compañías de cruceros Carnival, Royal Caribbean y MSC en virtud de la Ley Helms-Burton. También ellos han sido condenados a pagar sanciones. Las cuatro compañías de cruceros, incluida Norwegian, que están registradas fuera de Estados Unidos, pero tienen su sede principal en Florida, tendrían que pagar a Havana Docks un total de 439 millones de dólares estadounidenses, más los honorarios de abogados y las costas, según la sentencia. El tribunal condenó a cada empresa a pagar el importe de la reclamación de activos original más décadas de interés simple. Se espera que las compañías de cruceros apelen la sentencia del juez.
Havana Docks, que tenía una concesión para operar el Puerto de La Habana antes de la revolución, acusa a las cuatro compañías de cruceros de utilizar el Puerto de La Habana cuando se permitió a los cruceros navegar a Cuba entre 2015 y 2019, y beneficiarse de ello sin permiso.
La demanda fue posible gracias a la Ley Libertad, también conocida como Ley Helms-Burton, un endurecimiento del bloqueo estadounidense a Cuba promulgado por el Congreso de Estados Unidos en 1996. Las cláusulas III y IV habían sido suspendidas por todos los presidentes estadounidenses en incrementos de seis meses. Donald Trump fue el primer presidente en activarlas a principios de 2019, allanando el camino para demandas por daños y perjuicios en tribunales estadounidenses contra empresas que usen propiedades nacionalizadas tras la revolución.
La sentencia actual podría tener implicaciones para los casos en curso, así como suscitar nuevas demandas de exiliados cubanos que presentan reclamaciones estimadas en 2.000 millones de dólares por la confiscación de bienes por parte del gobierno cubano.
Los cruceros estadounidenses zarparon hacia Cuba en 2016 por primera vez en décadas, después de que el expresidente estadounidense Barack Obama iniciara una política de distensión con Cuba que suavizó algunas disposiciones del bloqueo estadounidense, vigente desde hacía más de sesenta años. Sin embargo, la administración Trump ordenó detener todos esos cruceros en 2019 para presionar a Cuba por su apoyo al presidente venezolano Nicolás Maduro.